martes, 2 de diciembre de 2008

Aspectos biológicos y sociales

Aspectos biológicos y médicos
El aborto inducido es una de las intervenciones médicas que más se realizan. Veinte de los 46 millones de abortos realizados cada año son inseguros, desde el punto de vista médico. Cada 6 minutos muere una mujer a causa de un aborto ilegal e inseguro médicamente. La legalización o despenalización del aborto podría evitar la muerte innecesaria de la mujer.
Desde un punto de vista científico, la mayor parte de las legislaciones del mundo desarrollado permiten libremente el aborto hasta las 12 o 14 semanas de desarrollo pues, según ha declarado el Colegio de Bioética de México “el embrión de 12 semanas no es un individuo biológico, ni mucho menos una persona: carece de vida independiente, ya que es totalmente inviable fuera del útero. El desarrollo del cerebro está apenas en sus etapas iniciales, y no se han establecido las conexiones nerviosas que caracterizan al ser humano. El embrión, por tanto, no experimenta dolor ni ninguna otra percepción sensorial, según el informe”.[24]
La réplica de las corrientes antiabortistas se basa en la idea de que, sea cual sea el desarrollo del embrión, éste debe ser protegido. Se sostiene que los cuerpos de la mujer y del embrión son distintos, debido a que el sistema inmunológico de la mujer destruye al embrión si se pone en contacto con él. Otro de los argumentos que sostienen es que el ADN del feto es diferente al de la madre, por lo que podría considerarse un ser distinto.
Recientemente se ha incorporado al debate bioético la consideración sobre el status de "humano" o "aún no humano" del "nasciturus" ("el que ha de nacer") durante la primera etapa de desarrollo prenatal, en la cual algunos ya lo denominan "preembrión". Este debate llevaría a una recalificación bioética de las intervenciones sobre el preembrión, ya sea por su eliminación en el microaborto o por su manipulación durante la investigación sobre sus células totipotenciales o "células madre" (stem cells) en laboratorios de ingeniería genética.

Aspectos sociales
Se estima que cada año 46 millones de mujeres recurren al aborto inducido para dar por terminado un embarazo no deseado. El tratamiento legislativo varía enormemente de un país a otro, pero actualmente el 62 por ciento de la población mundial vive en 55 países donde el aborto inducido está permitido, mientras que el 25 por ciento de la población mundial vive en países que lo prohíben y penalizan. La OMS estima que cada año ocurren 20 millones de abortos inducidos.
Los abortos clandestinos generan un problema de salud pública, por el índice de muertes y por las consecuencias que tienen en la vida de las mujeres.
Los partidarios de la despenalización sostienen que el aborto es una cuestión de derechos humanos: prohibirlo atenta contra los derechos fundamentales de las mujeres y contra los principios de justicia social, ya que generalmente las mujeres que mueren víctimas de un aborto clandestino mal realizado son las que tienen menores recursos económicos y que pertenecen a los sectores socioeconómicos mas vulnerables.
Los opositores del aborto legal, a su vez, afirman que este enfoque constituye un punto de vista extremista de los derechos humanos de la mujer, que da como resultado una superposición sobre el derecho a la vida.

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